El pensamiento lateral te ayudará a escribir mejores contenidos.
¿Por qué algunas personas parece que siempre tienen ideas frescas?
¡Descubre de la mano de nuestro #TeamBTL por qué!
A la hora de ponernos a crear contenido que sea útil y de calidad, no siempre nos convertimos en las máquinas escritoras que nos gustaría. Llega un momento en la vida de todo creador de contenidos en que se pierde un poco el norte y la originalidad de los posts. Si te sientes así, si llevas sentado delante de la pantalla del ordenador dieciocho horas seguidas y tan sólo has escrito la fecha, este post es lo que estabas esperando.
RESUELVE TU PROBLEMA CON EL PENSAMIENTO LATERAL O LATERAL THINKING
¿Por qué algunas personas parece que siempre tienen ideas frescas mientras otras con la misma inteligencia no son capaces de dar a luz nada original? Ahí es donde entra al pensamiento lateral. Esta idea -conocida en inglés como lateral thinking– es un término acuñado por el prestigioso filósofo Edward de Bono(New Think: The Use of Lateral Thinking, 1967), quien aboga por la búsqueda de una técnica que permita la resolución de problemas de forma creativa. Vamos, que pretende, ni más ni menos, romper con todo pensamiento lógico y ortodoxo y hacernos salir de la llamada zona de confort.
LATERAL THINKING: ENTRE EL PICAR PIEDRA Y LOS EUREKAS
Gracias al pensamiento lateral podemos sacar el máximo partido a nuestra forma de pensar y, de paso, escribir un buen post Pero, ¿en qué consiste? Se ponen en práctica dos situaciones bien opuestas de nuestra forma de pensar. Por un lado, debemos utilizar nuestra parte más trabajadora o hard que incluye realizar diagnosis, enfoques, resoluciones… nuestro “yo” más estratégico y calculador. Por otro lado, no debemos olvidar nuestra tu parte más “ajá, ¡lo logré!” de ideas improvisadas, genialidades y momentos de brillantez.
Se trata de combinar estas dos tendencias a partes iguales: tu trabajo diario de búsqueda de temas, términos, tu metodología, tu calendario editorial… junto con esas ideas que se te ocurren mientras te duchas, lo meditas con la almohada o te tomas un café. Sin embargo, estas últimas no siempre llegan cuando lo esperamos, sino que son flashes de brillantez que aparecen en momentos insospechados.
Con el recurso del pensamiento lateral buscaríamos romper el patrón rígido de nuestro día a día para obtener unas ideas mucho más innovadoras gracias a caminos que nunca hubiésemos pensando tomar antes. En definitiva: inspiración y trabajo en las proporciones adecuadas.
LOS CUATRO ELEMENTOS CLAVE DEL PENSAMIENTO LATERAL
A la hora de abordar esta técnica para la resolución de nuestros problemas y la búsqueda de innovación y nuevos enfoques, hay que tener en cuenta los elementos que lo conforman y ponerlos en práctica:
- Comprobación de suposiciones: Normalmente damos por supuesta la solución más común. Una mente abierta nos permitirá enfrentarnos a cada problema como si fuese nuevo, sin dar por sentando la respuesta más obvia.
- Hacer las preguntas correctas: ¿Cuántas veces no encontramos la solución al problema porque la formulación del mismo es errónea? La solución estriba en saber qué preguntas formular desde la más general hasta las más específicas que nos ayuden a enmarcar nuestro problema. Con ello, someteremos a examen las hipótesis más obvias que respondan a esas preguntas para centrarnos en otras alternativas.
- Creatividad: la imaginación es una parte esencial de este pensamiento. Nuestro problema o la solución que busquemos debe ser vista desde un enfoque creativo, desde un ángulo nuevo para encontrar una solución no convencional.
- Pensamiento lógico: aunque parezca una técnica excéntrica, no se trata de abandonar jamás el análisis lógico y la disciplina del razonamiento, ya que sin estos elementos el pensamiento lateral sólo se limitaría a extraer tus ideas más excéntricas e irracionales.
Pongamos en marcha todas estas buenas prácticas que De Bono nos plantea y que acabarán con tu estancamiento productivo y el terror a la pantalla parpadeante y en espera. Aquí tienes una serie de pautas basadas en el lateral thinking:
- Piensa fuera de lo normal. No consideres nada por ya hecho. ¿Estás seguro que ese tema es el que tienes que tratar?
- Genera alternativas a tu tema. Incluso si estás contento con el mismo, pueden aparecer otros más interesantes. No des nada por sentado.
- Sí, siempre brainstormings. Cortos, concisos, que no te hagan irte por las ramas pero que aporten nuevas ideas.
- Las situaciones random o aleatorias pueden ser tus mejores amigas: por ejemplo, abre un diccionario por cualquier página y usa esa palabra para solucionar tu problema.
- Abandona totalmente cualquier juicio de valor, son piedras en el camino.
- ¡¡Sal de casa o de la oficina!! Escribir en nuevos espacios genera estímulos y situaciones inesperadas a nuestro cerebro.
- Ponte incómodo o en situaciones incómodas. Pondrán a prueba tanto a nosotros como a tu intelecto, y acabarán por enriquecer tus ideas.
- Abraza la colaboración: pide ayuda a gente que sepa más que tú o que no se encuentre tan metida en el tema. Te sorprenderán sus reacciones y sus diferentes perspectivas.
- No olvides alimentar tu cerebro con estímulos y provocaciones que lo desvíen de su ruta prefijada. Por ejemplo, cambia la ruta para ir a tu casa y verás cómo se convertirá en un estímulo.
- Mira un mismo objeto desde diferentes puntos de vista.
- Cuestiónate cómo reaccionas ante los problemas o ante tus bloqueos y haz algo radicalmente distinto.
Esperamos que este artículo te haya dado las herramientas para que, puedas ¡comenzar a redactar contenido de calidad y logres tu cometido!
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