¿Cuándo fue la última vez que un cliente te dijo “quiero un spot”? ¿El mes pasado? ¿Ayer? ¿En este mismo momento, reunido con él, mientras ojeas con tu móvil este post?
Una propuesta con la que te frotas las manos. Un momento en el que por tu mente comienzan a maquinarse guiones, efectos especiales, celebrities… Entonces es cuando ocurre la magia y por la boca del cliente sale la palabra “presupuesto”, luego “poco” y después “baratito”. Pero cuenta la leyenda que algunos seres del sector han descubierto un mundo de color y fantasía poblado de unicornios con borde de cebra más allá de los miserables peanuts. Y es es que cuando se trata de un gigante como la marca Angry Birds, un spot puede derivar en una superproducción, como es el caso de la peli que Rovio y Sony estrenarán en 2016.
Una estrategia de Branded Content que, en muchas ocasiones, se convierte en la manera más eficiente para conseguir uno de los objetivos más codiciados por las marcas: vender más, más y más de todos aquellos elementos que forman parte de la atmósfera del producto, ya sean peluches, juegos o su propia app.
Piezas publicitarias a gran escala que el consumidor sí quiere ver, que la busca, que la comparte y que no percibe como tal. Hecho que pudimos comprobar con el lanzamiento deLa LEGO película.
Evidentemente, no somos ni los primeros ni los últimos en hablar de este tema. Pero sí os invitamos a reflexionar: ¿creer que las marcas buscan el entretenimiento para crear una buena relación con su entorno, o por el contrario, que disfrazan de corderito a ese lobo estratégico que se nutre de ventas masivas?
Fuente: tagoartwork.com
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