McDonald’s Brasil lo ha hecho muy bien. Y es que a veces no hay nada como tirar de la megalomanía para llamar la atención y captar todas las miradas de los transeúntes en un kilómetro a la redonda o incluso más. Eso es lo que consiguió McDonald’s con esta locura tan buena.
Un edificio de más de 40 metros de altura, una fachada bien lisa y tres alpinistas colgados de cables de acero. ¿El resultado? Un piano gigantesco que, mediante los malabarismos de los alpinistas, producía la popular sintonía de la marca de comida rápida. Una acción que desprende espectacularidad, y que consiguió atraer las miradas de centenares de ciudadanos.
Desde luego, con un despropósito de tal calibre, difícil no crear expectación. Y aunque nos parece bastante chula y prometía, al final se ha quedado un tanto floja.
Fuente: socialunderground.co
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